El sábado en la noche, por azares del destino, terminé yendo al concierto de Gustavo Cerati en el estado de la San Marcos. Antes de llegar, vi por primera vez a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lo primero de lo que me di cuenta fue que, a la entrada del estadio, había basura tirada. Yo tenía un papel que botar y busqué con la mirada un basurero, así que, como no lo encontré, le pregunté a uno de los VIPs, quien me respondió: Tírala ahí nomás. No lo hice y, como peruana, me sentí un poco avergonzada, pero estaba decidida a encontrar uno y seguí mi camino. Lo encontré. En fin, comenzó el concierto y, mientras pensaba que hubiera sido bueno saberme aunque sea una de las canciones, me dieron ganas de ir al baño. Como el cuarto de estado destinado para el concierto no estaba lleno, me aventuré a buscar los baños. Cuando entré, fue sorprendente el hecho de que no había palanca ni bomba para jalar. En vez de eso, había que jalar una soga que entraba por un hueco en la pared. Luego concluí que era una idea innovadora para que no se llevaran el inodoro. Era una solución y funcionaba. Al salir de los baños, escuché a la encargada decir: Pobre Cerati, ha venido para que le bajen la autoestima. La verdad, no fue un éxito de concierto a mi parecer, pero esa es otra historia.
domingo, 25 de abril de 2010
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3 comentarios:
En el Comercio dijeron que fue la mejor presentación que ha tenido Cerati en Lima. Ahora sí, verdaderamente, qué lástima de comparación.(Btw, también mencionaron, y cito, "A una semidiosa en los coros". As true as it gets!)
que iyaridad aisasiaiiasisiasis
Me parece bien que hubieras buscado un tacho de basura. No porque la mayoria de peruanos bota basura en las calles uno se debe sentir menos por no seguir esa "costumbre". De a pocos hay que cambiar la vision que se tiene del peruano, incluso la que tenemos nosotros mismos.
-Hugo-
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